Por qué prefiero que siga como ministro de Justicia el Sr. Catalá

Sí, ha leído bien el título. Prefiero que siga como ministro de Justicia el Sr. Catalá.

Hace ya bastante tiempo, meses, si no más, que el Sr. Catalá, ministro de Justicia desde septiembre de 2014, reprobado por el Congreso, es un muerto político andante. No se vislumbra otro motivo para que no caiga de su puesto de ministro que el sistema de dejarse llevar por la inercia política y de defender lo indefendible como mecanismo para que lo dudoso no sea discutible que tanto caracteriza al Sr. Rajoy, presidente del Gobierno. Pero antes o después caerá el Sr. Catalá. Y será una pena, y no por él, que de seguro que ya encontrará buen arrimo, como lo han encontrado todos los que han dejado el Gobierno. La pena será para todos los demás.

Y es que el Sr. Catalá no es relevante ni lo ha sido nunca, pues el único ministro de Justicia que ha habido con el Sr. Rajoy, desde que entró como presidente del Gobierno en diciembre de 2011, ha sido el Sr. Rajoy. Quien no quiera ver esto es que no ha hecho un seguimiento de cerca de la política en Justicia desde diciembre de 2011 o que no le interesa verlo, porque otro motivo no se me ocurre.

Absolutamente todas las propuestas normativas en Justicia que ha promovido el ministro de Justicia y que se han aprobado por las Cortes -por este ministro o por el intercambiable anterior- han encontrado apoyo explícito del Sr. Rajoy y, por supuesto, del Partido Popular en pleno, que ha votado sin fisuras en las Cortes y ha apoyado hasta en las situaciones más descabelladas, como por ejemplo, uno entre muchos, en la reciente reprobación. Desde las tasas judiciales de la época del Sr. Gallardón y las de la época del Sr. Catalá, declaradas inconstitucionales ambas, hasta la reforma del Consejo General del Poder Judicial para facilitar el control de la Justicia, una en 2013 en la época del Sr. Gallardón y otra en 2015 en la época del Sr. Catalá, desde el fiasco absoluto del llamado «papel cero» hasta las manipulaciones del Ministerio Fiscal, todo, absolutamente todo, ha tenido apoyo del Partido Popular sin fisuras y del Sr. Rajoy. Del Sr. Catalá, hasta las vacías proclamas diarias a que nos tiene acostumbrados son apoyadas por el Sr. Rajoy y por el Partido Popular.

En realidad la única diferencia importante entre el Sr. Catalá y el Sr. Gallardón es que este tenía ambiciones especiales de medro político y el Sr. Catalá no, pero, salvo eso, nada, que hasta coinciden en que se les consideraba, antes de conocerlos a fondo, como personas «modernas», como si eso fuera relevante.

Y hace ya tres años que publiqué un post sobre la irrelevancia del Sr. Gallardón, con ocasión de su dimisión como ministro de Justicia. Y  fui contracorriente, cuando tantos brindaban por su cese, muchos de los cuales ahora dicen que quién habría imaginado que el Sr. Catalá haría bueno al predecesor, porque confunden personas y políticas.

Y es que aquí no se trata de políticas de ministro. Las políticas son de partido y de presidente de Gobierno, y con unas finalidades muy evidentes de control de la Justicia. Y quien no quiera verlo a estas alturas tras dos ministros y tantos años es que no lo ve porque no quiere verlo, y seguirá sin entender lo que está pasando.

Así que da exactamente igual que cambien las personas, si no cambian las políticas, y no van a cambiar las políticas si el Sr. Catalá se va y el Sr. Rajoy decide nombrar a otra persona como ministro, que me da exactamente igual quién sea, y a los precedentes me remito. Los políticos quemados salen de los Gobiernos del Sr. Rajoy, no cuando están quemados, sino cuando ya están carbonizados, y son sustituidos por otros, pero da igual.  Y quemado el Sr. Catalá, lo está desde julio de 2016, cuando el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales las tasas judiciales promovida durante SU mandato, que no las promovidas durante el mandado del Sr. Gallardón, y que no se sepa públicamente que estaba quemado un ministro al que le declaran inconstitucional una ley tan importante dice mucho de cómo está la política en España; y carbonizado lo está ahora, cuando las movidas inocultables en relación con anticorrupción.

Con este planteamiento se me dirá que me tendría que dar igual que el Sr. Catalá se fuera y lo sustituyeran por otra persona o que se quedara, aburriéndonos indefinidamente con eslóganes y dedicado indefinidamente a manipular la Justicia y a seguir de saraos jurídicos de propaganda, cada vez que operadores jurídicos le dan pie para ello, lo que sucede con preocupante frecuencia.

Pero no, no me da igual que el Sr. Catalá se vaya o se quede. Prefiero que se quede el Sr. Catalá, por un motivo muy sencillo: este señor ya no engaña a nadie, ni nadie puede llamarse a engaño con él, ni siquiera quienes ingenuamente se alegraron de que entrara.

Ahora están rotos los canales con los operadores jurídicos salvo los más serviles que confunden cooperación institucional con pasillo de besamanos; ahora hierve el mundillo judicial con runrún hasta de huelga; ahora la oposición lo ha reprobado, aunque no se percibe efecto de ello en lo que de verdad importa, que es el tratamiento legislativo de la Justicia, pero reprobarlo, lo han reprobado.

Y si entra otro de ministro, sea quien sea, seguirá todo igual porque las políticas no habrán cambiado, pero habrá quien se crea que las cosas han cambiado, o quien fingirá que lo cree -de esos habrá muchos-, y se tendrá además un motivo para decir que hay que dar un margen de maniobra y de confianza al nuevo, y bajará por ello el nivel de tensión, y bajará sin motivo, porque seguirá todo igual, cuando lo que se necesita de verdad es que cambien las políticas y no las personas y eso solo se conseguirá si se mantiene el nivel de tensión.

No se vaya, Sr. Catalá. Háganos ese favor.

Verónica del Carpio Fiestas

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Acerca de Verónica del Carpio Fiestas

Abogada desde 1986. Colegiada ICAM nº 28.303 Profesora de Derecho Civil en el Departamento de Derecho Civil UNED desde 1992 Despacho profesional: C/ Santísima Trinidad, 30, 1° 5, 28010 Madrid (España) Tf. (+34) 917819377 e-mail veronica@delcarpio.es En Twitter @veronicadelcarp
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2 respuestas a Por qué prefiero que siga como ministro de Justicia el Sr. Catalá

  1. newergal dijo:

    Cuánta razón tienes. Totalmente de acuerdo.

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  2. Victor Amaya Rico dijo:

    Genial Veronica, irrefutable argumentación

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