Carrera ciega hacia la nada jurídica

Hay que decirlo claro: el legislador ha decidido que desaparezca de facto el Estado de Derecho. Sencillamente es eso.

En este impresionante fin de legislatura salimos a varias leyes nuevas POR SEMANA, se modifica de todo a la vez en innumerables leyes distintas publicadas incluso el mismo día, (ejemplos entre muchos aquí aquí), hay incluso VARIAS modificaciones de una MISMA ley tramitándose A LA VEZ y separadamente en leyes distintas, generando todo ello una confusión jurídica sin precedentes, no solo entre quienes no saben Derecho, sino entre juristas. Los juristas, horrorizados ante la avalancha legislativa sin precedentes que llevamos viendo toda la legislatura pero que se acelera a lo bestia y es ya de dejar sin palabras (publicables) al fin de esta legislatura, desesperamos sin poder saber siquiera qué está vigente y qué no, por muchas horas que echemos, con leyes masivas, mal redactadas, con técnica legislativa que solo puedo calificar de inaudita -se me ocurren otros muchos calificativos, pero no quiero insultar-, leyes sin ton ni son de centenares de páginas semanales, y encima de vigencia inmediata. En un panorama jurídico horroroso, como no recordamos muchos haber vivido nunca.

Y esto es un problema de ESTADO DE DERECHO. No es un problema de juristas.

La Constitución establece un principio de seguridad jurídica. La Constitución establece un principio de publicidad de las normas. La Constitución y el sentido común, si es que cosa tan rara encaja en la Constitución, exigen que las normas han de ser conocidas antes de ser aplicadas, o al menos tenerse siquiera la POSIBILIDAD de ser conocidas. Y para ser conocidas o tener siquiera posibilidad de ser conocidas han de publicarse y dejar transcurrir un tiempo razonable antes de su aplicación. Ahora tenemos centenares de páginas nuevas de leyes SEMANALES de vigencia inmediata -sin contar normas de rango inferior, que ya vamos entonces a las MILES de páginas semanales, y a las normas autonómicas, que entonces vamos a las decenas de miles-.

Leyes además confusas, horriblemente redactadas, larguísimas, farragosas, incomprensibles, contradictorias, que cuelan de todo en otras normas de otro tipo. Normas civiles dentro de leyes que dicen ser procesales, normas fiscales en leyes que dicen tratar de temas laborales, sin que sea posible saberlo ni por los títulos de las leyes ni siquiera por las exposiciones de motivos. Sin que sea posible verlo ni preverlo, ni localizarlo, ni por los especialistas. Leyes además plagadas de erratas y errores.

Leyes técnicamente insufribles incluso cuando son leyes de buena fe, que muchas distan de serlo, y que es ciento por ciento IMPOSIBLE leer, conocer, interpretar, cotejar, entender y aprender ANTES de su vigencia. Muchas veces es imposible incluso siquiera LEERLAS antes de su vigencia, que ya es cotidiano que sea inmediata. ¿Hay mucha gente con tiempo y capacidad de leerse e interpretar trescientas páginas jurídicas en una tarde, incluso estando pendiente del BOE de ese día y poniéndose a ello corriendo? Lo sería INCLUSO de tratarse de leyes de técnica legislativa acertada y resulta encima que son leyes técnicamente horripilantes e incomprensibles.

Repito: LEYES QUE NADIE PUEDE CONOCER NI EXISTE SIQUIERA POSIBILIDAD DE QUE PUEDAN SER CONOCIDAS. Ni por los más avezados juristas.

Y, como esto lo puede comprender cualquiera, son leyes por tanto que se dictan SABIENDO que no pueden ser aplicables, pero que pese a ello son obligatorias. Leyes por tanto que se dictan sabiendo que son DAÑINAS, porque siempre son dañinas las leyes que es imposible conocer, pero que sin embargo darán lugar a responsabilidades y consecuencias desfavorables si no se aplican, porque siguen siendo obligatorias.

El legislador necesita urgentemente un valium jurídico para calmar su desesperada carrera legislativa hacia la nada jurídica. Porque la nada jurídica es un Estado de Derecho en el que las leyes han dejado de importar y que da igual que se apliquen mal porque nadie pueda conocerlas; salvo, naturalmente, para aplicarse al enemigo cuando interese, o al amigo cuando conviene.

Qué inmensa responsabilidad tiene este Gobierno y qué inmensa responsabilidad quienes desde la oposición y los medios de comunicación no denuncian lo que pasa.

Estado de Derecho, que la tierra te sea leve. Estás moribundo.

Verónica del Carpio Fiestas

Acerca de Verónica del Carpio Fiestas

Abogada desde 1986. Colegiada ICAM nº 28.303 Profesora de Derecho Civil en el Departamento de Derecho Civil UNED desde 1992 Despacho profesional: C/ Santísima Trinidad, 30, 1° 5, 28010 Madrid (España) Tf. (+34) 917819377 e-mail veronica@delcarpio.es En Twitter @veronicadelcarp
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11 respuestas a Carrera ciega hacia la nada jurídica

  1. Jesús dijo:

    Si el Gobierno tiene responsabilidad de lo que hace el legislativo, lo fundamental está muy mal.
    ¿Cree que hay una voluntad interesada en legislar de esta manera o es mera precipitación e incompetencia?
    Además, el Gobierno se muestra ufano por la gran cantidad de iniciativas legislativas de este último periodo. Y los medios de comunicación lo que critican es que no esta legislatura no ha sido tan prolífica como alguna anterior.

    • Creo en un planteamiento que proviee del Derecho Civil: la culpa grave equivale al dolo. Si un legislador es tan extraordinariamente negligente que no sabe que es imposible en un Estado de Derecho legislar así, por aplicación del principio de seguridad jurídica, esa negligencia es equivalente a dolo, y me da igual que sea aposta o por desconocimiento inexcusable del abecé jurídico. Ufanarse de legislar mucho es de risa. De lo único que debería ufanarse un legislador es de legislar poco y bien, y de que lo que se legisle bien legislado se cumpla.
      En cuanto a los medios de comunicación, si en efecto critican que se legisle poco, eso solo tiene una explicación: la inexistencia de una educación jurídica básica. Porque la otra explicación, que es pensar que lo dicen sabiendo que eso no es de recibo, prefiero pensar que no es.

  2. antonio dijo:

    Enhorabuena por el artículo y, sobre todo, por decir la verdad.
    Un jurista digno de tal nombre tiene el deber moral de denunciar esta situación, que atenta claramente contra el Estado de Derecho y la seguridad jurídica.
    En el mismo sentido puede verse el artículo de don Ramiro Grau Morancho, titulado «Diarrea judicial española», publicado en varios diarios digitales.

  3. Nieves dijo:

    Que acertadas tus palabras, las comparto en su totalidad. Abogada incapaz de ponerse al día con las reformas recientes.
    Saludos

  4. ANA dijo:

    Un artículo excelente. Trabajo en un Juzgado de Paz cómo Secretaría y, si normalmente tengo que buscarme la vida para saber cómo hacer mi trabajo, lo que está sucediendo con esta avalancha de reformas es totalmente kafkiano. Pero, claro, queda muy bonito de cara la galería y el ciudadano de a pie no tiene ni idea de en qué condiciones trabajamos.

  5. Muy acertado, doble compañera Verónica, porque uno de los pilares de un verdadero Estado de Derecho es la seguridad jurídica y en el nuestro ha desaparecido por obra y gracia del ejecutivo y del legislativo.

  6. José Manuel Valle Santos dijo:

    La sobreabundancia de normas y la mala técnica legislativa, está creando un caos mayúsculo. A este disparate hay que ponerle fin cuanto antes.

  7. Maximilien Robespierre dijo:

    Me pregunta se reduce a ¿tomará alguien de todo ello ? Si para el profesional del derecho supone un gran esfuerzo el conocimiento de toda la normativa publicada ex abrupto ¿sabran sus señorias lo que votan ? Y si no lo saben ¿que hacen en una institucion que dice representar la voluntad popular. ?

    • Quizá me he explicado mal. No es que al profesional le suponga un gran esfuerzo enterarse. Es que es IMPOSIBLE de todo punto enterarse, aunque se esfuerce al máximo. No difícil sino humana y jurídicamente imposible.

      Y es evidente que los parlamentarios no saben lo que votan. Pero sí deberían saber que NO DEBEN legislar así y que es su responsabilidad lo que está pasando.

      • Maximilien Robespierre dijo:

        Era una ironia lo del «esfuerzo» («pan bendito» me llaman en algunos foros). Está claro que es imposible en la practica digerir toda la avalancha legislativa.
        En definitiva, SS se limitan a pulsar un botón, conforme el portavoz les indica. Eso si no se equivoca alguno y hay que repetir la votación. Que daño estan haciendo las mayorias absoutas a este pais.

  8. Chapeau. Más claro, imposible, más alto, puede. Grandes verdades.
    Un saludo.

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