Cabras (post tontorrón)

Por favor, no deje de leer este blog MUY serio por este post tontorrón, mero divertimento superlight. Sobre cabras. Planteamiento y texto del post, impresentables, sí, aunque tiene fotos bonitas de bestiarios medievales y se puede ver un sentido alegórico político-jurídico. Esta seria jurista hace por una vez el tonto y promete no repetir (al menos, a propósito).  Perdone y adiós, si no sigue leyendo, y mucho ánimo, si sigue.

En el monte hay una cabra
ética, perlética, pelambrética, pelúa, pelapelambrúa.
Tiene unos hijos
éticos, perléticos, pelambréticos, pelúos, pelapelambrúos.
Si la cabra no fuera
ética, perlética, pelambrética, pelúa, pelapelambrúa,
no habría tenido hijos
éticos, perléticos, pelambréticos, pelúos, pelapelambrúos.

El trabalenguas clásico infantil es una tontería divertida de palabras inventadas, y provoca sonrisa la «ética» referida a una cabra. cabra2Quizá cambia la cosa si se dispone de un dato: no es «ética«, sino «hética«, como recogen las versiones más autorizadas, y puede usted comprobar que esto no es una broma. Y «hética» significa «tuberculosa», como usted ya sabrá, si no lo sabía antes, tras leer en el post Hética, crónica parlamentaria de esta bloguera sobre la comparencia del Sr. Rajoy para explicar, dice  él, lo del Sr. Bárcenas, aunque a esta bloguera, la verdad, la explicación no le quedó muy clara.

Quizá entonces también «perlética» es algo más que una palabra esdrújula inventada que suena graciosa. Pues no. «Perlética» no existe. Pero sí existe algo muy parecido, «perlática».  «Perlesía» es palabra en relativo desuso; significa «parálisis«, y «perlática, co» es el adjetivo.

O sea, que quien dice «perlática», dice «perlética». Una simple letra no va a estropear un post tontorrón, cuando el Sr. Rajoy no deja que la realidad le estropee un discurso parlamentario -digamos sobre el Sr. Bárcenas-, políticos  tirios y troyanos no dejan que los hechos les estropeen su realidad paralela y los medios de comunicación no dejan que la realidad les estropee un titular. No pasa nada por seguir tan egregios ejemplos con una realidad inexistente por una vez y en un post tontorrón.

Razonamientos más bobos y engañosos, y partiendo de declaraciones más extrañas e incongruentes nos obligan a tragar últimamente, y con peores intenciones y efectos. Y en cuanto a tonterías, bien gordas se dicen todos los días. Y sin que nadie dimita, oiga.

Bien, así que tenemos una cabra tuberculosa -no hay duda- y aquejada de parálisis -esto puede ser discutible-, o sea, con una enfermedad contagiosa y mortal, con dificultad para cabra1moverse, que como era lógico y previsible ha tenido hijos con iguales dolencias, más la intuición de la venerable antigüedad del trabalenguas,  pues pocas personas ya en el siglo XX, o quizá hasta en el XIX, sabían qué significa «hética. Claro que tampoco mucha gente sabe hoy qué significa «ética», y algunos, vaya, ostentan responsabilidades de gobierno.

¿Y «pelambrética», «pelúa» y «pelapelambrúa»? «Peluda» y dos variaciones sobre «pelambre». Una no viene en el diccionario, «pelambrética», y otra tampoco, «pelapelambruda», que viene a ser  «pelambruda», que, por cierto, tampoco existe, con la pequeña licencia poética de repetir las dos primeras sílabas en la última palabra, para complicar el trabalenguas. Con tan irrefutables etimologías, queda claro:  la repetición de tres versiones de «tener mucho pelo» transmite abrumadora sensación de pelo sobrante.

¿Y qué es «pelo«? Muchas cosas. En cabra3la 15ª acepción del diccionario de la Real Academia, «Raya o grieta por donde con facilidad saltan las piedras, el vidrio y los metales«.

  • Piedras, pongamos piedras de escándalo;
  • vidrio, pongamos, de pagar alguien los vidrios rotos (tesoreros o maquinistas, o directamente la gente en general de los que ni pinchamos ni cortamos, pero lo que es pagar, pagamos);
  • y los metales, pongamos el vil metal, ese que a veces va en sobres.

Y ahora, perlética política. Relea el trabalenguas, donde pone «ética» ponga «hética», olvídese de «e» o la «a» de «perlética», y ya solo tiene que sustituir

  • «monte» por lo que le parezca oportuno
  • y «cabra» e «hijos» por quien o quienes, persona o institución, considere conveniente.

Por cierto que la cabra, como símbolo, está entre los hervíboros peor considerados en el medievo, y representa ya en épocas muy antiguas varias cosas. Una de ellas, bien conocida, el demonio.  Otra, la inconstancia. Otra, la avaricia. ¿Capta la indirecta?

Y ahoraBibliothèque+Nationale+de+France,+lat.+3630,+Folio+78r, una imagen de un bonasus o bonnacon, animal mítico parecido a la cabra. Es el único caso que ha encontrado esta bloguera en bestiarios medievales de un animal  parecido a la cabra ante el cual los humanos que figuran al lado salgan haciendo lo primero que hay que hacer ante el repugnante hedor que con frecuencia desprenden las cabras, sobre todo si son machos adultos: sentir asco y taparse la nariz. Lo siguiente que hay que hacer, según los casos, es acudir al juzgado de guardia.

Y ahora cita de Camilo José Cela, de «El gallego y su cuadrilla y otros apuntes carpetovetónicos«, de 1949, nada menos, del cuento titulado «¡Ah, las cabras!«:

«Señores: la economía de nuestro país amenaza ruina, es ya un viejo fenómeno ante el cual solo nos queda buscarle una solución y dejar de lamentarlo. Voy a ser breve y voy a deciros, tan rápidamente como pueda, la medida, la única medida, para lo que creo debemos solicitar del Poder Público su rápida implantación: España es un país, amigos míos, en el que, sin demora alguna, se debe ir al rápido exterminio de la cabra«.

Gracias por llegar hasta el final. Y por cierto, #stoptasasjudiciales.

 Verónica del Carpio Fiestas

Acerca de Verónica del Carpio Fiestas

Abogada desde 1986. Colegiada ICAM nº 28.303 Profesora de Derecho Civil en el Departamento de Derecho Civil UNED desde 1992 Despacho profesional: C/ Santísima Trinidad, 30, 1° 5, 28010 Madrid (España) Tf. (+34) 917819377 e-mail veronica@delcarpio.es En Twitter @veronicadelcarp
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